El pasado día 29 de Septiembre en la tienda FNAC de L’Illa en Barcelona tuvo lugar una nueva presentación del libro de la Editorial Pearson “Aprendiendo a liderar”.
En la hora y media aproximada que duró el acto, tuve la inmensa alegría de compartir mesa con Jordi Tovar. Fundador y Socio Ejecutivo de Hub Talent, y Javier Crespo. Director del Máster de Recursos Humanos de EAE Business School. Sentidas gracias a los dos.
Gracias también a todos los que asistiendo hicisteis que fuera un rato de agradable y entrañable compañía.
La pérdida de autoridad como síntoma de la enfermedad que como sociedad hemos contraído. El poder se posee; la autoridad se gana o pierde según sea el caso.
El merluzo, caracterizado por su soberbia, jamás lo reconocerá, pero los que se encuentran a su alrededor sí. Seguro que de leerlo alguna imagen te evocará al respecto.
Os adjunto comunicado que EAE Business School hace sobre la presentación de mi libro en la Calle Aragón 53-55 de Barcelona.
“El próximo miércoles 4 de Mayo a partir de las 19:00h, tendremos la conferencia y presentación del libro:Aprendiendo a liderar por su autor Santiago Ávila, quien es Profesor de Comportamiento Humano en la Organización de la EAE Business School.
El libro está enfocado a entender los temas sobre el liderazgo que no siéndolo muchos piensan que sí lo es.
El término jefe, como evocador de personas y desempeños autoritarios, se ha apartado de nuestra habitual expresión en beneficio del vocablo líder.
Y así, todo aquel que se emplee en labores de jefatura, acabará calificado de líder por el mero hecho de que la denominación primera (la de jefe) “suena mal”, “no es guay”. Como derivada consecuente, y en la sobreactuación habitual en la que nos encontramos sumidos, el concepto de líder se ha impregnado de una serie de sinónimos tales como: primero, puntero, mejor y, sobre todo, eficaz. El término, por fin, corrompido. Quien se emplea eficaz, al margen de cualquier tipo de escrúpulo, quedará encumbrado en los altares del liderazgo.
De esos y otros temas tratados en el libro se hablará en la sesión programada en donde se pretende crear un debate interesante sobre lo que es el liderazgo.”
Cuando Juan, con apenas catorce años de vida, decidió que quería entregarse a la medicina (comprometerse con sus principios), la única consideración que revoloteaba por su mente de niño se plasmaba en el anhelo sincero de brindar servicio a los demás…
Si el peluche, como consecuencia de enfermedad, tuviera fiebre, no parecería razonable pensar que cualquier otro “osito”, en sus mismas circunstancias, no se podría contagiar de idénticas dolencias y calenturas.
Decía Galeno (médico griego), los síntomas son expresiones de una enfermedad que como sombras la acompañan. Éstos se manifestarían como una señal de alarma de lo que el cuerpo, en su “dolor” y desajuste, expresa. Señal, que en su utilidad permite enfrentar dolencia y remedio. Tratado el mal, habitualmente desaparece; aunque en ocasiones, y ante la imposibilidad de doblegarlo, nos finiquite o tengamos que convivir con él. En todo caso, el síntoma es una consecuencia de la dolencia.