La persona se manifiesta en lo que es a través de sus actos. La forma en la que decide y, en el cómo se emplea, ponen al descubierto a qué tipo de individuo nos enfrentamos.
En el ser humano no cabe ausencia de acción, tanto si permanece rígido e inmóvil como activo e incansable, esa será la forma en la que se habrá definido, en la que “se habrá hecho”.
El individuo carente de ilusiones, sin referentes ciertos, aficionado al movimiento quedo y escaso, en el que su afán de servicio hacia los demás se muestra esquivo y ajeno a su condición, no quedará definido por la ausencia de calificativos, por el vacio del “no ser”. Resulta imposible “no ser nada”, no hacer nada.