Artículo que, sobre el coaching ejecutivo, he redactado para el periódico digital “Derecho News” con fecha 2/11/2015. Enlace
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Si no hacemos de la felicidad el centro de nuestros anhelos, si además nos entregamos generosos a quien tiene, por ser humano, la misma condición que nosotros, será ella, en todo caso, quien nos dé alcance.
La felicidad no es el objetivo, sino la consecuencia de la forma en la que elegimos vivir; he ahí lo paradójico de la cuestión.
Publicado en El Confidencial Digital el 13/10/2015
Sobre que la ciencia nos revela cómo lograr la felicidad. Comprometidos con el egoísmo
El que hace de su opinión un juego acomodaticio de intereses espurios y bastardos, aparentará compromiso en donde el solo interés campa a sus anchas. Egoísmo y compromiso, a modo de aceite y vinagre, jamás se confundirán. La voluntad, únicamente empeñada en el cumplimiento de lo que a título personal interesa, jamás se conformará como la expresión genuina de un corazón comprometido. Si un matiz caracteriza a la persona fiel a sus promesas es el de situar por encima de sus estados de ánimo lo que por obligación se ha arrogado.
Publicado en El Confidencial Digital el 24/09/2015
El pasado mes de Junio, y por la Editorial Pearson, publiqué mi segundo libro que lleva por título: “Aprendiendo a liderar”. En el mismo, desarrollo aspectos del liderazgo que, acompañando siempre a nuestra condición humana, jamás se nos presentarán como suficientemente “sabidos/vividos”, entre otras razones porque tal como propongo en el subtítulo “El mundo no hay que entenderlo, hay que sentirlo”.
Tanto la sociedad en general como el mundo empresarial en particular, se encuentran sumidos en una percepción de lo que la vida es que se apalanca, casi con exclusividad, en valores como la motivación, la ilusión, la felicidad, y una larga retahíla de deseos y emociones que lo que propician es arrinconar cualquier impulso motor encaminado al logro con esfuerzo y sacrificio.
El sentido del deber, el acuerdo comprometido por la palabra dada, el honor…palidecen avergonzados por deseos tan edulcorados. Emociones y más emociones sin dirección ni sentido.