Con relativa frecuencia, y en el ámbito de la empresa, nos enfrentamos con seminarios, talleres, charlas motivacionales, y un largo etcétera de formatos que persiguen, por lo menos así se presentan, ilustrar una forma de emplearse en la vida mejor, con menores niveles de ansiedad, de infelicidad y de frustración. El arte de vivir. El camino a la felicidad.
Mes: agosto 2015 Página 5 de 9
¿Qué hacer cuando es la malicia la que se hace dueña del comportamiento humano? ¿Qué hacer tras repetidas advertencias? Paciencia y asertividad se muestran como necesarios. No se puede ser cobarde ante la maldad
Cuando el 3 de Julio de 1969 fallecía Brian Jones, alma de The Rolling Stones en sus inicios, ahogado en su piscina mientras nadaba (versión que sigue siendo discutida) el futuro de la banda parecía garantizado y sin fisuras.
En la foto de portada de una revista de tirada mensual y anejo a la sien derecha de Vicente del Bosque se puede leer el siguiente título: Los expertos nos dan la fórmula exacta. Tú puedes ser un líder como Rafa Nadal, Barack Obama, Amancio Ortega, Carlos Slim, Mahatma Gandhi”.
Muchas son las voces que se manifiestan críticas en cuanto a los supuestos propios de la psicología positiva. Bajo la tiránica búsqueda de lo fácil y superficial, y de la falta de reflexión personal, existe un gran número de personas en las que se ha sembrado la idea de que el único enfoque válido es aquel que se apalanca en las emociones positivas. Parece como si la felicidad sólo se pudiera apostar detrás de las mismas, con olvido, entre otros, del esfuerzo, del sacrificio, de la perseverancia, etc.
La persona se manifiesta en lo que es a través de sus actos. La forma en la que decide y, en el cómo se emplea, ponen al descubierto a qué tipo de individuo nos enfrentamos.
En el ser humano no cabe ausencia de acción, tanto si permanece rígido e inmóvil como activo e incansable, esa será la forma en la que se habrá definido, en la que “se habrá hecho”.
El individuo carente de ilusiones, sin referentes ciertos, aficionado al movimiento quedo y escaso, en el que su afán de servicio hacia los demás se muestra esquivo y ajeno a su condición, no quedará definido por la ausencia de calificativos, por el vacio del “no ser”. Resulta imposible “no ser nada”, no hacer nada.
No siempre se trata al trabajador (sea cual sea su posición) como lo que es: persona por encima de cualquier otra consideración. El buen trato debe ser un hecho innegociable.
Son muchos los programas de dirección de empresa que fundamentan la validez de sus enseñanzas -y consecuente aprendizaje- a partir de conocimientos de naturaleza puramente intelectual. Conocimientos que, por otra parte, se muestran como insuficientes para el buen gobierno de cualquier institución.