Nuestro impulso interior encuentra amarres de progreso en los compromisos que establecemos con nuestras metas; así establecemos un continuum entre: meta, compromiso, disciplina, acto, elección, valores, principios
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Eduardo Punset en su libro “El viaje a la felicidad” nos refiere su exclamación ante el visionado de un embrión mediante unas ecografías en 3D:
¡Qué aburrimiento permanecer nueve meses encerrado en el vientre de la madre bañado en líquido amniótico y sin respirar!
En la década de los 80, el psicólogo holandés Geert Hofstede desarrolló el Modelo llamado de Las Cinco Dimensiones con la finalidad de identificar patrones culturales de grupo. Tales patrones, se mostrarían como una poderosa ancla de comportamiento tanto a nivel nacional o regional como social y de empresa. Se identificarían como un modo particular de emplearse alimentado por el hábito y la costumbre particular de un sistema de convivencia.
A la sombra de la psicología positiva, disciplina universalizada por el psicólogo Martin Seligman en el año 1998, se ha generado una corriente de opinión auspiciada por un sinfín de libros de autoayuda, coaches, ponentes, y motivadores, de lo que se ha dado en llamar “pensamiento positivo”.
Sonia Lyubomirsky
¿Hasta qué punto una empresa puede hacernos felices? En sus manos se encuentra la posibilidad de propiciar un ambiente adecuado de trabajo, pero de ahí a otorgarle el poder de hacernos felices hay un trecho muy grande. De resultar así, qué hijo, amparado por unos padres que le desean feliz, ¿no lo sería? La respuesta no se encuentra fuera de nosotros.
Por fin ha quedado resuelto el misterio sobre el que versaba la campaña que, soportada en vallas publicitarias, presentaba a unos extranjeros “hartos de los españoles”. La respuesta, previa demora temporal encaminada a provocar al personal, no era otra que presentar el fastidio evocado en el resto de ciudadanos del mundo por tener que habérselas de forma habitual con españoles que por condición tenían -y tienen- la de ser más talentosos.
En boca de un reputado ponente, y según consta en un artículo publicado por RRHH Digital: “la gente feliz es tres veces más creativa, y quince veces más productiva”. Sentencia que, dictada al calor de unas jornadas sobre empleabilidad de jóvenes universitarios, nos deja postrados ante la “evidencia” de que para producir más y mejor hay que hacer, con carácter previo, felices a nuestros jóvenes (a los no tan jóvenes también, claro está). La relación causa efecto parece evidente: Hagámoslos felices que después obtendremos mejores resultados.
En ocasiones los empleados se encuentran con un jefe que emplea el miedo como herramienta. Es por ello que muchas veces nos surge la pregunta: “¿Qué hago si mi jefe me grita?”. En el siguiente vídeo encontraréis algunas de mis reflexiones al respecto.
Siro, perplejo en su ensimismamiento, daba vueltas y vueltas a la idea de que dirigir tenía un significado mucho más profundo que el mero reparto de instrucciones. Hacía tiempo que, ante la perspectiva de poder desempeñar la función de director de operaciones de su empresa, se había centrado en adquirir hechuras de buen directivo.